Se acabó el cuento del referéndum griego. En la reunión del Consejo de Ministros, el primer ministro, Giorgios Papandreou, anunció que no se va a realizar. ¿Es esto bueno o malo? Para los de arriba, en Grecia, en Europa y en el mundo, es bueno. Tenían miedo a la reacción popular de rechazo generalizado a las medidas económicas. A los mercados –dicen– los pone nerviosos la inseguridad.
Para nosotros, los ciudadanos no es ni malo ni bueno. Con o sin referéndum lo que quieren los de arriba es seguir la misma política. Y, en la realidad, no se trataba de organizar una consulta verdadera sino de una maniobra, utilizando el miedo como arma para que la gente aceptara las nuevas medidas de austeridad. La amenaza era clara. La disyuntiva, desde el poder, no dejaba lugar a otras opciones: O aceptas los memorándum o salimos del euro y vamos a la quiebra.
Todos se preguntan por qué tomó Papandreou la decisión de hacer un referéndum. Básicamente porque su gobierno perdió el apoyo de varios de sus diputados después de lo sucedido el 28 de octubre. En esa fecha se celebra en Grecia el Día del
NO, en conmemoración del rechazo que el general Ioannis Metaxás dio al ultimátum italiano durante la guerra greco-italiana durante la Segunda Guerra Mundial. Durante tres días previos al 28 de Octubre, se cuelgan banderas griegas en los balcones de las casas, en las calles y en los edificios públicos, se difunden canciones patrióticas y se realizan desfiles.
Sin embargo, este 28 de octubre fue diferente. Ese día, miles de miles de gente, sin previo acuerdo, transformaron los desfiles y las celebraciones en marchas de rabia. En cada rincón y ciudadela de Grecia, la multitud persiguió, golpeó e insultó a las autoridades de todo tipo. Los diputados, oficiales, ministros, alcaldes, tuvieron que huir de los festejos bajo protección policíaca. Varios diputados del gobierno, que no pueden acercarse a sus ciudades natales donde fueron elegidos, avisaron al primer ministro que no pensaban votar por nuevas medidas de austeridad, es decir que se negaban a aprobar el acuerdo de la cumbre europea por la disminución de la deuda.